lunes, 2 de noviembre de 2009

DEAMBULAR


MARY BEAT EMPIEZA A CONOCER LA CIUDAD...

Deambular, la deriva, el caminar...modos conocer el espacio urbano, de asumirlo y de interpretar su estilo de funcionamiento; explorar la ciudad dejándose llevar por ella misma, investigando sus lugares y sintiendo sus emociones...


Como punto de partida, el poema, me lleva a tomar un autobús. Encuentro una parada y descubro en el recorrido algunas calles que me resultan conocidas. En realidad no conozco su localización, pero conozco su nombre a través del arte de la poesía. Subo al autobús y decido bajar cuando la ciudad me lo diga.

Me dejo llevar influida por las energías de los demás, la gente entra y sale de cada negocio, y parecen muy decididas del camino que están siguiendo. Yo no conozco nada ni a nadie. Empiezo a reconocer el nombre de las calles que he leído. Continúo mi deambular detrás de un grupo de jóvenes. Al principio las sensaciones me desbordan, todo el mundo esta comprando, van deprisa y me hacen llevar el mismo ritmo que ellas. A continuación me dejo llevar por la cuidad y llego encontrarme bastante perdida sin saber donde estoy. Mi único referente con mi realidad es el nombre de las calles del poema que casi he memorizado. Me pierdo. Me separo del ritmo frenético de algunas de las vías por las que he transitado y me encuentro explorando lugares nuevos.

La propia ciudad me da ayudas para crear mi idea de ella misma. Me ofrece mapas y planos, me da señales y me ofrece el ritmo de la gente para saber donde tengo que ir...
Al llegar a casa reviso el mapa para ver mi recorrido, descubro que la abstracción se ha convertido en un trazado.

Mi objetivo, dejarme llevar para encontrar fisuras,para darme cuenta de las tácticas que puedo utilizar, observar la ciudad desde un punto de vista distinto.



En principio todo esta bien organizado, todo se rige por las normas pre-establecidas del buen comportamiento, nada se sale del mal uso de la gramática cultural. La gente consume, según su rango en diversas tiendas, que son distintas para cada grupo. Encuentro personas de ciertos países extranjeros comprando es el rastro y personas de poder adquisitivo en las tiendas mas “in” del centro. Las personas que trabajan en los bares al servicio de las demás, los vendedores ambulantes bien situados en las zonas mas turísticas o bien mendigos sentados en los bancos sin mucha gente que se les acerque. Los plazas se usan como se deben usar, para el disfrute del pueblo, de día para las familias y paseantes; de noche para los mas animados, que dejan su huella en la suciedad del suelo.



En principio todo funciona como ha de funcionar, como nos hemos acostumbrado o nos han impuesto que todo debe de funcionar. Todo esta ordenado para que la gente haga lo mismo, en los mismos lugares sin que nada se salga de su sitio y tener bien controlado el movimiento de todos. En este aspecto valencia no difiere mucho de otras ciudades.

Soy yo la que se siente distinta, al caminar a otro ritmo o ir sola, al hacer fotos a objetos que encuentro, llamando la atención de la gente que directamente se interesa por lo que estoy fotografiando aunque que nunca antes lo habían “mirado”.




La disposición urbanística de la ciudad también me ayuda a conocerla más, los lugares de poder están bien señalizados. Gracias a las banderas y demás escritos, reconozco cuando estoy cerca del lugar donde se ejerce la hegemonía sobre los demás. El poder político y religioso se dejan ver con facilidad, gracias a los estupendos edificios desde donde se ejerce o a recordatorios como “el papa estuvo aquí”.



En este punto me pregunto donde puedo encontrar el fallo en este sistema, ¿hay acaso alguna grieta en todo este sistema organizativo?¿no parece perfecto?

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